lunes, 12 de febrero de 2007

ZENÓN DE ELEA



Dentro de la historia de la filosofía la figura de Zenón sólo es reconocida por ser el discípulo de Parménides, también de Elea, y por sus famosas aporías (Literalmente ésta son un "callejon sin salida", esto es, un problema de difícil solución. La aporía surge porque en el objeto mismo o en el concepto que de él se tenga figura una contradicción). Pero la figura de Zenón es lo suficientemente sugerente para hacer justo lo contrario que suelen presentar los libros sobre Historia de la filosofía, o sea, subsumir las teorías de Parménides dentro de las de su discípulo. Para empezar, este griego de las colonias vivió durante el siglo V ac. en el sur de la actual Italia, dicha zona era conocida como la "Magna Grecia" y en ella estaban algunas de las colonias griegas más importantes de la época. La ciudad de Elea era una de ellas y se encontraba durante la madurez de Zenón bajo el mandato feroz y cruel del tirano Nearco. Con todo ello, este discípulo avezado de Parménides trató de organizar una revuelta con el objetivo de deponer al tirano. Sin embargo, como los filósofos son un poco torpes a la hora de querer "cambiar el mundo", la revuelta fue acallada y Zenón fue invitado a recibir un castigo ejemplar por no haberse chivado a Nearco de quienes eran sus compañeros de revuelta. Fue llevado al ágora y sometido a tortura hasta que por fin decidió decirle al tirano que sus compañeros formaban parte de sus amistades más cercanas. Cuando Nearco se acercó a requerimiento de Zenón para darle los nombres éste le arrancó la nariz de un mordisco. La broma no le sentó muy bien al tirano que ordenó que "lo molieran" vivo en un gran mortero. No obstante, la suerte estaba echada; Nearco fue depuesto por una revuelta popular a los pocos dias.
Pensaréis que ¿Qué tienen que ver aquí las causas de la muerte de Zenón con su pensamiento? pues bien: Zenón hizo lo mismo con el "logos", esto es, con el razonamiento lógico, que con su vida: ser coherente hasta desquiciar la realidad y mostrar que cuando se tensa la cuerda de los hechos con nuestra capacidad para explicarlos estos se desvocan. Esta es la base de sus famosas aporías: Aquiles y la tortuga; el cretense mentiroso... Ahora vamos con ello.
Estamos en los orígenes de la disciplina que vamos a conocer despues como "Filosofía" y que de entrada no pretendía otra cosa que poner orden en el mundo. No es que el mundo estuviera desordenado sino que las viejas formas de explicación -los mitos y el pensamiento mágico- empezaban a hacer aguas y el pensamiento menos "mágico" que conocemos hoy como "ciencia" comienza a surgir disfrazado de filosofía. Sin embargo, en este éxtasis de lógica explicativa hubo un pensador, Heráclito de Éfeso, que decidió poner patas arriba el intento: "Todo fluye" argumentaba el de Éfeso y con ello aleja cualquier pretensión de atrapar la realidad bajo el auspicio de la lógica y la razón. ¿Por qué? Porque si "todo fluye" se acabó el discurso invariable, eterno y universal sobre los fenómenos. Se acabo la pretensión científica y el ansia de ley y de verdad sobre la naturaleza que siempre hace lo que quiere -de ahí la fama de las leyes de murphy- y se acabó pues hacer nada con los fenómenos pues no soportan que se les estudie y se les detenga en su fluir.
Y es aquí es donde entra Parménides, este propuso únicamente dos vias de investigación del mundo: una que es y que es imposible que no sea: otra que no es y que es imposible que sea. He ahí el famoso "el ser es y el no ser no es". Y con ello llegamos al inicio de nuestro concepto "rayante" de filosofía -al menos eso dicen mis sufridos alumnos-. Parménides plantea el no ser, lo que no es siempre igual a sí, como la via de la opinión, de la no verdad, de la naturaleza que siempre se mueve. La vía del ser, de lo que puede detenerse y eternizarse como idéntico a sí sería pues la vía de la verdad, la vía de la ciencia. Por ello, la reflexión buena, la seria, la que habla con verdad sobre el mundo debe ser la vía de la lógica (del logos), de la razón. No podemos ordenar lo que se desordena solo pero sí podemos hacerlo en el modelo que mi cabezota construye. Y el bueno de Parménides basa todo ello en un serio orden formal, geométrico y lógico que me conduciría la verdad siempre que se respeten las reglas del juego: no mezclar los ámbitos.
Sin embargo, el bueno de Zenón quiso tensar la situación hasta romperla. Si el pensamiento es correcto; si respeto las reglas lógicas sobre la reconstrucción de un fenómeno el resultado será correcto, verdadero ¿No? Pues parece ser que no... del todo. La aporía más famosa del de Elea quiso mostrar esto. Aquiles, "el de los pies ligeros" no podrá nunca coger a una tortuga que le lleve unos metros de ventaja. ¿Cómo puede ser esto? Pues bien, la tortuga avanza y Aquiles debe llegar al punto donde se encontraba la tortuga en el instante uno. Sin embargo, cuando Aquiles llega la tortuga ha avanzado un poco. Aquiles debe pues llegar a donde esta ahora la tortuga, cuando llega, el dichoso animalito a vuelto a avanzar otro poco, y así una vez y otra y otra y otra... Sin embargo, la tortuga es cogida por Aquiles, por eso es el de los pies ligeros, por eso esto es una aporía. No tiene solución. La lógica de la argumentación es perfecta, sin embargo los hechos no se dejan modelizar. Zenón, como comentaba al principio, desquicia hasta tal punto el modelo que acaba por "arrancarle la nariz" al pensamiento lógico. Parece que al final, a Heráclito no le faltaba algo de razón y que nuestro "orden verdadero del mundo" olvida algunos pequeños fallos. Para mostraros otro ejemplo os dejo con otra: Dice el Cretense, "todo lo que digo es mentira". ¿Te lo creerías?

domingo, 11 de febrero de 2007

ZOROASTRO... LE LLAMABAN ZARATUSTRA



Zoroastro, también conocido en lengua castellana como Zaratustra -sí, sí, el del libro de Nietzsche- según unas fuentes fue un filósofo persa a caballo entre los siglos VII y VI ac. Según otras fue el último de una serie de sabios iranios (hasta cuatro) que dieron cuerpo a la que parece ser fue una de las primeras religiónes monoteistas de la que tenemos noticias mas o menos históricas, aunque sea por referencias indirectas. Dicha religión recibió el nombre de "mazdeismo". El nombre de mazdeísmo procedería del nombre de la deidad a la que rendían culto, "Ahura Mazda". Llamado Ormuz en árabe, como es habitual en todas las religiones monoteístas, estaba contrapuesta a un ente maligno, que recibe el nombre de Ahrimán o Ahramán. Pero más allá de los pormenores historiográficos de la religión de Zoroastro lo verdaderamente curioso es el por qué de su prácticamente desconocimiento absoluto en nuestra cultura. Bien es sabido que su doctrina sobre el dualismo antropológico -la división del ser humano en una parte física (cuerpo) y otra espiritual (alma)- va a influenciar a la mayoría de las religiones monoteistas actuales de la mano del también influenciado Platón. La también división pseudomaniquea entre el Bien y el Mal, el mesianismo zoroastrista... están también muy presentes en nuestras religiones más actuales. Sin embargo, Zaratustra, acallado en nuestra tradición hasta que el susodicho Nietzsche lo convirtiera en el sabio implacable de su obra cumbre, defendía algunas cosas la mar de extrañas en sus textos doctrinales. Dichos textos conocidos como "Avesta" en Occidente a partir del siglo IX defienden una serie de principios entre los que cabe destacar los siguientes:
- La defensa a ultranza de la igualdad de todos los seres humanos sin diferencias de sexo, raza, creencias, clase social...
- Respeto radical de todas las formas de vida existentes, animal o vegetal. Condena pues abiertamente la esclavitud, el sacrificio de animales, la crueldad, la opresión...
- La naturaleza es el mayor don que se nos ha regalado, es por ello que estamos obligados a cuidarla y defenderla por encima de todas las cosas. Dentro de este precepto se incluyen las fiestas vinculadas a los cambios de estaciones, cosecha...
- El hombre debe trabajar duro y compartir caritativamente sus riquezas y bienes con los más desfavorecidos.
- La lealtad, fidelidad y amor a los seres humanos, la familia y los seres queridos son obligatorios para todo aquel que quiera seguir las enseñanzas del Avesta.

Y todo ello hace nada más que 2.600 años, normal que le hayan querido tapar la boca a semejante loco. Para muestra, valga este botón:
"Aborrezco ser el adorador de los Devas; me confieso adorador de Mazdah, como seguidor de Zarathustra, enemigo de los Devas, confesor del Señor, alabador de los bienhechores inmortales. Al Sabio Señor prometo todo bien, todo lo mejor que existe; a él, el Bueno, el Benévolo, el Justo, el Magnífico, el Espléndido, de quien se origina la vaca, de quien viene la ley, las luces celestiales, con las cuales se uncen los goces de la felicidad. Escojo para mí la santa y la buena docilidad; ella debe pertenecerme. Reniego del hurto y de la rapiña del ganado, del saqueo y de la devastación de las aldeas de los adoradores de Mazdah. Concedo libre entrada y permanencia a los moradores de mi casa, y lo mismo a los animales domésticos con quienes habito sobre la tierra. Prometo a los hombres justicia con la debida reverencia: de ahora en adelante no saquearé, ni devastaré las aldeas de los mazdeos, ni condescenderé con el amor al cuerpo y a la vida. Confiésome mazdeo, discípulo de Zarathustra con voto y confesión. Prometo pensar bien, hablar bien y obrar bien".

(Fragmento del Yasna 12. I, contenido en el Avesta, según la traducción incluida en el libro de Carlos Cid y Manuel Riu, "Historia de las religiones")

viernes, 9 de febrero de 2007

DIOGENES DE SINOPE... EL PERRO


Siempre que resuena el nombre de Diógenes lo relacionamos con la anécdota, más que dudosa, en la que el gran Alejandro Magno, sabedor de la precariedad y austeridad de la vida de este filósofo, se atrevió a ponerse delante de su vivienda -un tonel- y le ófreció darle todo lo que pidiera. Alejandro, creyente de que todo hombre tenía un precio, pensó que con ello dejaría bien claro que nadie puede vivir al margen de las comodidades y riquezas, sobre todo si se le ofrecían de forma gratuita. Diógenes le pidió amablemente que se quitara de delante ya que le estaba haciendo sombra.
Sin embargo, más allá de la mera anécdota, Diógenes se hizo famoso en su ciudad natal -Sinope- por haber falsificado moneda. Este delito le llevo a la peor condena que podía sufrir un griego de la época: el ostracismo. Marchó pues a Atenas, a la Atenas de los últimos años de Platón (de ahí las dudas razonables de su "sucedido" con Alejandro ya que este debía ser demasiado joven aún para haber recibido el apelativo de "Magno") y entró en liza con los grandes pensadores que en esta época moraban en la "capital cultural" de la Helade. Su postura fue la de "ladrar a los poderosos, morder a los importantes y no reconocer más autoridad que la naturaleza". Esto es, decidió comportarse como un auténtico perro (cynós en griego). Por ello, el pensamiento por él inaugurado es conocido hoy como "cinismo".
Pero buceando un poco en el que es posiblemente el libro más divertido escrito sobre la "Vida de los filósofos más ilustres" de Diógenes Laercio (este es otro Diógenes de los seis homónimos importantes del mundo antiguo) encontramos datos suficientes, a pesar de ser una doxografía (recopilación de opiniones y sucedidos), para creer con firmeza que El Perro debió su apelativo a comportarse literalmente como tal. Su forma de presentarse ante los ciudadanos de la excelsa Atenas le acercaba más a una bestia que a un hombre "civilizado": orinaba en público -en el ágora ni más ni menos-; escupía a los importantes y practicaba, fruto de su soledad y de su desencuentro con las normas sociales y el poder establecido, el glorioso arte de Onan en público y a la vista de todos.
Pero, ¿Quién es Onan? Bastaría una rápida lectura del libro del Génesis (138,9) para ver que dicho sujeto fue requerido por Dios para dar hijos a una cuñada suya que había enviudado. Así era la ley, tras enviudar una mujer sin descendencia el hermano del difunto debía velar por la tarea de engendrarla con el fin de que la herencia quedase en manos del linaje. Onan, sin embargo, desobedeciendo la ley y a Dios decidió masturbarse siempre antes de ver a su cuñada para evitar depositar su semilla en la viuda. Dios, al que no le gusta que desobedezcan las leyes, mucho menos a él, primero lo maldijo y luego lo mató.
¿Para qué se masturbaba en público entonces Diógenes? Quizá no encontró forma más "antisocial" y "egoista" de deshacerse de sus vecinos, de desobedecer las normas establecidas, de trasgredir el orden hasta el punto de ser apartado del todo de la Polis y sus leyes. Lo importante es que todo ello parece ser que lo hacía como vindicación a una vida más auténtica, más sana y más natural que la que nos ofrecen las normas, las leyes y las costumbres. Y todo ello a pesar de que el bueno de Diógenes lo habia intentado de muchas formas. Nos cuenta el bueno de Diógenes Laercio que habiéndolo llevado uno a su magnífica y adornada casa para apartarlo de la "mala vida" prohibídole escupiese en ella, arrancando una buena reuma se la escupió en la cara diciéndo que "no había hallado lugar más inmundo".
Pero también podemos encontrar en la citada doxografía un pequeño resumen de lo que suponía para nuestro filósofo del tonel una actitud sana ante la vida, actitud que refleja el verdadero sentido del cinismo del que el de Sínope hizo gala y que la historia ha dejado reducida a un encuentro imposible con Alejandro. Con estas palabras os dejo:
"Decía que los hombres contienden acerca de cavar y del acocear, pero ninguno acerca de ser honestos y buenos. Admirábase de los Gramáticos, que escudriñan los trabajos de Ulises e ignoran los propios. También de los músicos que, acordando las cuerdas de su lira, tienen desacordes las costumbres de ánimo. De los matemáticos, porque mirando al sol y a la luna no ven las cosas que tienen bajo los pies. De los oradores, porque procuran decir lo justo, mas no procuran hacerlo. De los avaros, porque vituperan de palabra el dinero y lo aman sobre manera. reprendía a los que alaban a los justos porque desprecian el dinero, pero imitan a los adinerados. Admirábase de los esclavos que viendo la voracidad de sus amos no les hurtaban de la comida. Loaba mucho a los que pueden casarse y no se casan; a los que les importa navegar y no navegan; a los que pueden gobernar la República y lo huyen; a los que pueden abusar de los muchachos y se abstienen de ello; a los que tienen oportunidad y disposición de vivir con los poderosos y no se acercan a ellos. Decía que debemos alargar las manos a los amigos con los dedos extendidos, no doblados".

miércoles, 7 de febrero de 2007

LA OTRA HISTORIA DEL PENSAMIENTO

Desde que a finales del siglo XIX el movimiento liderado por A. Comte "inventara" esa forma de enfrentarnos al conocimiento de la historia que acabo convirtiéndola en "Historia", o mejor dicho... en ¡Ciencias Sociales!", nos hemos ido olvidando de lo que realmente significa dicho término. La palabra "historia" deriva del griego Οιδa ("yo sé"), de Οιδa derivó a Ιστορια ("investigación o información") o en otra acepción más de andar por casa... "contar", "narrar lo sucedido". Ese positivismo que invento el Sr. Comte -así se llama su corriente de pensamiento - trató de elevar las humanidades, sobre todo la susodicha historia, a rango de ciencia. Lo que este Francés humanísticamente alevoso no pudo calibrar fue que algo así acabaría matando la acepción investigadora de la historia y la iba a convertir en una Historia en la que siempre es otro el que "sabe". Mató de inanición la investigación historiográfica al cerrar el acontecimiento sobre aquellos que deciden lo que debe y no debe ser contado. Si a este cúmulo de despropósitos le unimos el hecho de que en la historia del pensamiento ha pasado lo mismo que en la historia "normal" o en la geografía (yo de pequeño creí que Europa estaba en el centro de la tierra) ya tenemos el lio liado. Sólo vamos a poder conocer aquello que ha sido contado por el que "sabe" que es lo que merece la pena ser contado.

Sin embargo, el hecho de ser postmodernos (¡que bonito!), que no ilustrados, nos permite unirnos a las pequeñas minorias que no han querido quedarse en lo "históricamente aceptado", o aceptable. La intención de estas páginas va a ser pues acercar a todo el que quiera pagar el impuesto revolucionario de la lectura y mi pedantería otra historia del pensamiento. Irreverente y a contrapelo.
Decía el gran pesador alemán W. Benjamin que al pasar el cepillo a contrapelo a la historia se conseguían dos cosas: evitar que nos sedujese el brillo superficial del cepillado a favor de la corriente y dejar al descubierto las heridas e impurezas que acompañan al "animal" bajo su manto exterior.
Espero que cepillemos mucho juntos....